Confesión de San Juan Nepomuceno

De Patrimonio Africano en Canarias
TF0040
Confesión de San Juan Nepomuceno
Representación de una dama negra en un cuadro de la Confesión de San Juan Nepomuceno.
Representación de una dama negra en un cuadro de la Confesión de San Juan Nepomuceno.
Identificador PACIdentificador de Patrimonio Africano en Canarias TF0040
Tipo de bien Pintura
Coordenadas 28° 22' 21.39" N, 16° 45' 54.58" W
Ubicación Iglesia de Santa Ana
Localización ? (Garachico, Tenerife)
Cronología sin datosEste dato no se ha proporcionado.
Cronología aproximada Segunda mitad del siglo XVIII
Autor Anónimo
Origen sin datosEste dato no se ha proporcionado.
Estado de conservación bueno
Grado de importancia patrimonial 9

San Juan Nepomuceno es originario de la República Checa del siglo XIV. Era confesor de la reina Juana, esposa de Wenceslao IV de Bohemia, quien al no acceder a que le contase las debilidades de su esposo es torturado y arrojado luego al río Moldava, convirtiéndose así en mártir del secreto de confesión y en patrón de la buena fama. Tras un milagro asociado a su lengua tras ser examinado su cuerpo en 1725 fue canonizado en 1729, extendiéndose pronto su culto no solo por Chequia sino también por Alemania y otras partes de Europa. Convertido en símbolo de la Contrarreforma su culto llega también rápidamente a Canarias. En este cuadro se representa la escena de confesión de la reina al santo, temática que se intentaba difundir para apoyar el secreto de confesión. En el lado izquierdo del cuadro aparece una dama negra, sonriente, con vestido y flor naranja en el pelo y un abanico en la mano, que supone un contrapunto al drama que recoge la escena principal. Viste una saya naranja y un corpiño en color azul oscuro con un collar y unos sarcillos de perlas. Representa un traje típico del siglo XVIII en Canarias, aunque corresponde a un traje cortesano y no de las clases bajas en Canarias. La escena se desarrolla dentro de un templo, dominado por columnas dóricas. El cuadro está colocado en la nave del evangelio de la iglesia de Santa Ana, al lado de la puerta mayor. La factura de la pintura es regular, sobre todo en cuanto al tratamiento de la perspectiva y en tratamiento de la anatomía o el dibujo de las nubes de la puerta. Es precisamente la figura de la esclava o la sirvienta la mejor tratada desde el punto de vista técnico. Aunque se ha apuntado a que podría ser la mecenas del lienzo o una esclava, pensamos que tendría más sentido la representación de la sirvienta, la cortesana, de la princesa checa, puesto que su vestido es demasiado lujoso para una liberta en aquella época.

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